Historia
Perro de rastro de talla grande y sabueso por excelencia, de orígenes muy antiguos. Es conocido y apreciado desde hace siglos por su olfato excepcional y por sus buenas aptitudes para la caza. Fue criado en las Ardenas por los monjes de Saint-Hubert. Se piensa que desciende de los perros de caza de color negro o negro y fuego que empleaba en el siglo VII el monje Hubert, quien más tarde fue nombrado obispo y que, al ser canonizado se convirtió en el patrón de los cazadores. Estos grandes perros de caza se propagaron por las Ardenas a causa de la presencia de la caza mayor que habitaba en los bosques de esta región. El Saint-Hubert era exaltado por su robustez y su resistencia, sobre todo en la caza del jabalí. Los primeros perros de Saint-Hubert eran negros, pero más tarde fueron también negro y fuego. En el siglo XI fueron importados en Inglaterra por Guillermo el Conquistador. Durante la misma época, perros del mismo tipo, pero de pelaje completamente blanco, llamados « Talbots », fueron también introducidos en el país. Los perros importados en Inglaterra tuvieron descendencia. El producto de la crianza de estos Chiens de SaintHubert recibió allí el nombre de « bloodhound » (perros de sangre), que viene de « blooded hound », que significa un « hound de pura sangre » es decir, de raza pura. Más tarde, la raza se desarrolló también en los Estados Unidos. En los estados del Sur sobre todo, estos perros se utilizaron en la búsqueda de los esclavos evadidos.