Temperamento
El mastín napolitano tiene la fama de ser buenos perros guardianes. A pesar de su aspecto arisco e incluso feroz, si es entrenado y socializado desde temprana edad puede ser un perro pacífico, equilibrado, dulce, fiel, es muy afectuoso con el amo, amigo de los niños y con los amigos de casa, y muy silencioso.
Es un animal muy valiente, que sabe resistir con fiereza el dolor físico. Debido a su maciza estructura, su movimiento es pesado y torpe, pero también si es entrenado y ejercitado correctamente puede ser vistoso y elegante.
Ha sido perro de guerra, de combate en el circo, auxiliar de policía, perro de arrastre de trineos, perro de compañía y de defensa personal para gente con discapacidades. Actualmente se le adiestra como guardián de casas y granjas y se le aprecia cada vez más como perro de compañía. Es dominante por naturaleza y se lo hace saber a los otros perros.
De carácter decidido y leal; no es agresivo, ni muerde sin razón. Como protector de la propiedad y sus habitantes está siempre vigilante. Es inteligente, noble y majestuoso.