Historia
Cuando los invasores magiares irrumpieron en el siglo IX en la Panonia romana, en Transilvania y en el valle medio del Danubio, llevaban consigo un lebrel proveniente de la región occidental de los Cárpatos. Según testimonios escritos de aquella época, ese pueblo era muy apasionado por la caza, para la cual utilizaba lebreles propios, cuya cepa se mezcló en el curso de los siglos con otras llegadas tanto de Oriente como de Occidente (entre los siglos XV y XVII habrían de encontrarse con lebreles turcos y asiáticos, probablemente antiguos salukis, los tazis, así como otros provenientes de África), que en el siglo XIX se perfeccionaron mediante el cruce con el galgo inglés, del que adquirieron una velocidad mayor.